Nuestras sillas salvaescaleras restauradas pasan por un riguroso proceso de pruebas. Se desmonta, se limpia y se vuelve a montar cada silla, siguiendo una lista de comprobación de «10 puntos» en la inspección. Para garantizar que cada unidad pase las pruebas, nuestro equipo de técnicos cualificados inspecciona todas las partes mecánicas y eléctricas, y remplazan aquellas que están defectuosas o mejoran las que no cumplen con las necesidades personales del usuario final, como el color del tapizado, los controles de la palanca de mandos o las opciones de cabeza de inyección de accionamiento. Llevamos a cabo una prueba exhaustiva de todas las características para asegurarnos de que todos los elementos funcionan correctamente. Cada silla salvaescaleras pasa por nuestras pruebas de calidad del transporte para confirmar que cumplen los estándares de seguridad y que nuestros clientes reciben solamente las mejores restauradas. Ofreciendo además una garantía a todo riesgo de 12 meses desde la fecha de instalación.